Pese a que la diferencia entre costos directos e indirectos parece clara, no siempre es sencillo saber a qué categoría pertenecen los costos de un proyecto. Por eso, aquí te damos algunos concejos prácticos para facilitar esta tarea:
· Elabora una lista de las tareas necesarias para llevar a cabo tu proyecto, desde las primeras a las últimas. Luego, asigna a cada tarea el procedimiento requerido para su ejecución y, a partir de ahí, define cuáles son los costos que debes incluir en la gestión del proyecto.
· Calcula el tiempo que tardarás en cada una de las fases. Los costes de un proyecto no sólo se miden en función de los gastos, sino también del tiempo que suponga la realización de tareas.
· Ten en cuenta los costes derivados de la mano de obra interna y externa. En el primer caso, se trata de los procesos internos de la empresa; en el otro, los gastos que supongan el pago a subcontratistas o terceros agentes.
· No te olvides de incluir posibles pérdidas en tu lista, por ejemplo, de materia prima que no se pueda utilizar por diversos motivos o una maquinaria que se pueda estropear. Siempre está bien contar con posibles imprevistos.